La isla de Norfolk fue descubierta por el capitán James Cook en 1774 durante su segunda expedición al océano Pacífico. En 1788, los británicos la convirtieron en colonia, colocando aquí a los primeros colonos: prisioneros y soldados. Durante este periodo, en la isla se utilizó la bandera de Gran Bretaña. En 1825, la isla fue repoblada como lugar de detención para delincuentes especialmente peligrosos, de nuevo bajo bandera británica.

Sin embargo, este periodo terminó a mediados del siglo XIX con el reasentamiento de los descendientes de los rebeldes de Pitcairn en Norfolk. La isla de Pitcairn, una de las islas habitadas más remotas del mundo, se hizo famosa gracias a la tripulación del Bounty, que se rebeló contra el capitán William Bly. Los rebeldes, liderados por Fletcher Christian, escaparon de los perseguidores británicos y se establecieron en la poco conocida isla de Pitcairn en 1790. La lejanía de la isla les proporcionó refugio de las autoridades británicas. Con el tiempo, sin embargo, la población creció, provocando el hacinamiento, y en 1856 la mayoría de los descendientes de los rebeldes se trasladaron a la isla de Norfolk. Por cierto, los descendientes de los Pitcairn viven hoy en la isla de Norfolk.
En 1897, Norfolk pasó a la jurisdicción de Nueva Gales del Sur, lo que dio lugar al uso de banderas coloniales británicas con signos regionales característicos de este territorio. Posteriormente, en 1914, la isla se incorporó a la Unión Australiana, y la bandera nacional de Australia pasó a ser la bandera oficial, que se utilizó hasta 1980, ya que, a diferencia de otras colonias, Norfolk no tenía símbolos propios hasta entonces.

En 1980, Norfolk, como territorio exterior australiano, recibió por fin su propia bandera, que se convirtió en símbolo de autonomía y orgullo locales. La bandera moderna consta de dos franjas verticales verdes y una central blanca, que representa el famoso pino de la isla de Norfolk.