San Pedro y Miquelón es un grupo de islas del Atlántico Norte situadas frente a la costa este de Canadá. Tienen una historia rica e interesante que comienza con el descubrimiento de estas tierras por los europeos. En 1536, el explorador francés Jacques Cartier descubrió estas islas durante su segunda expedición a Norteamérica. Las llamó San Pedro y Miquelón en honor de San Pedro y San Miguel.
Durante el siglo XVII, las islas se convirtieron en refugio permanente de pescadores franceses que las utilizaban como base para secar y procesar el pescado, sobre todo el bacalao, capturado en el océano Atlántico. Este lugar se convirtió en un importante centro pesquero para Francia. En 1713, según el Tratado de Utrecht, Francia perdió el control de las islas, que fueron transferidas a Gran Bretaña. Sin embargo, en las décadas siguientes, las islas cambiaron repetidamente de manos entre franceses y británicos.
En 1763, tras el Tratado de París, las islas volvieron al control francés, pero en 1778 fueron ocupadas de nuevo por los británicos durante la Guerra de Independencia estadounidense. Finalmente, las islas volvieron al control francés en 1816, tras las guerras napoleónicas. Desde entonces, San Pedro y Miquelón siguen siendo territorios franceses.
En 1903, se les concedió el estatus de departamento de ultramar de Francia, lo que les dio más autonomía en la gestión de los asuntos locales. Durante la Segunda Guerra Mundial, las islas fueron ocupadas brevemente por las fuerzas de la Francia Libre en 1941 para impedir su uso por las fuerzas de Vichy. En 1976, las islas obtuvieron el estatus de comunidad de ultramar de Francia, lo que les permitió tener un gobierno más autónomo.